Queremos escuchar su historia. Por eso le ofrecemos una consulta gratuita. Queremos ayudarle a resolver su problema. No queremos que tengas miedo de contarnos lo que te pasa o de hacer una pregunta. Se trata de su vida. Es demasiado importante para no sentirse libre de hablar de ella.

Nuestras políticas están construidas para crear una relación abogado-cliente libre de preocupaciones. Es por eso que ponemos gran énfasis en pasar tiempo con nuestros clientes. Si le representamos, nuestra prioridad será estar disponibles para usted. Le proporcionaremos respuestas honestas a sus preguntas, y lo haremos de una manera que sea fácil de entender para usted.

Nuestros clientes pueden estar seguros sabiendo que pueden hacer preguntas, obtener respuestas y discutir asuntos legales - sentarse, llorar, hablar, reír y rezar - y, sobre todo, obtener respuestas reales de alguien que les atiende como si fueran amigos y familia.

Tratamos de ofrecer un enfoque holístico del problema jurídico. Intentamos tener en cuenta la situación vital de nuestro cliente en su totalidad, y no centrarnos únicamente en el asunto jurídico en cuestión. Adoptamos este enfoque porque el problema jurídico inmediato tiene consecuencias que repercutirán en otros ámbitos de la vida. A veces, la mejor estrategia jurídica no es siempre la mejor estrategia vital. Queremos que nuestros clientes resuelvan sus problemas de la mejor manera posible; que se vayan con un nuevo comienzo, sintiéndose seguros sobre el mañana.

Si los asuntos pueden resolverse sin la ayuda de un abogado, creemos que debemos decírselo a nuestros clientes. Hablamos abiertamente sobre los medios más rentables para resolver el asunto - incluso si eso significa resolverlo sin nuestra representación. La verdad es que a veces contratar a un abogado puede crear más problemas de los que resuelve.

Hemos dedicado nuestra práctica al Señor como un ministerio, y como tal nos esforzamos por estar centrados en Dios. El Señor no quiere nuestra hora de adoración semanal, sino cada una de nuestras horas. Buscamos honrarle con nuestro trabajo.

A menudo me preguntan cómo puedo practicar ciertas áreas del derecho y a la vez tener una práctica centrada en Dios; ¿no es algo así como un conflicto?". La respuesta es, ¡en absoluto! En primer lugar, debemos ser fieles al Señor en el sentido de que debemos actuar diligentemente dentro del ámbito de la ley y sus procedimientos. La ley prevé diversas formas de alivio y protección. No es incoherente buscar ese alivio o protección utilizando la ley cuando sea apropiado. Cuando actuamos fielmente, permitimos que el Señor trabaje con nosotros. El Señor no bendecirá mentiras, medias verdades o acciones maliciosas o vengativas. Él bendice la verdad y la obediencia. En segundo lugar, debemos confiar en que Él obrará en nosotros y en los demás para que la verdad sea revelada. Tercero, debemos confiar en que Él nos librará en la verdad de nuestros enemigos y a nosotros de ellos.

Hay ESPERANZA. Aunque estés pasando por uno de los momentos más difíciles de tu vida, no estás solo. Debemos creer que lo que Dios dice es verdad, que Él nunca nos dejará ni nos abandonará. [El Señor dijo:

2 Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos, no te anegarán; cuando camines por el fuego, no te quemarás, y la llama no te consumirá. [Isaías 43:2-3]

28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. [Romanos 8:28]
Así que anímese y juntos trabajaremos para resolver su problema.

Thomas V. Sassone